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La línea recta hacia el amor

Updated: Feb 17, 2019


Soy parte de un milagro, un instrumento tecnológico de la naturaleza que nos equipa con todo lo necesario para realizarlo. Este evento mágico, pierde su asombro por la frecuencia en que somos testigos, y se convierte en un echo simple y común. Por ello, voy a bajarle la velocidad de reproducción para analizar con más detalle la connotación en mi vida de, (y repito) el milagro de ser padre.

Desconozco como se configuran los anhelos en mi integrado software biológico, pero desde el despertar de mi sexualidad (quizás antes) la idea de ser padre me tocaba la puerta de los sueños despiertos con intensidad y convicción. A pesar de mis intencionales descuidos en materia de sexo nunca (que yo sepa) embaracé a nadie. Lo que provocó en mi la no científica idea de que era estéril, por eso cuando un lunes a las 7 am sonó el teléfono y una voz decía - estoy embarazada- toda la dificultad de lo que representaba tomó distancia e hizo reverencias la idea de abrazar el milagro natural de tener un hijo. Fue un guiño de la naturaleza solo para decirme que no era estéril, un mes más tarde ella misma se encargó de deshacer el milagro en forma de aborto espontáneo. Con la distancia y el tiempo, dos elementos claves para entender mejor los sucesos, hoy veo más allá del dolor momentáneo la oportunidad que se gestó, y tres meses más tarde el milagro volvió a suceder, esta vez con un desenlace maravilloso un 27 de noviembre del 2003, bautizado con el nombre de Danaé Cruz Maya.

Abrimos juntos el regalo existencial de un cerebro nuevo, e imprimimos millones de recuerdos, sentimientos y toda la complejidad que lo configura, operaciones más allá del alcance de mi entendimiento que resumiré: fueron 6 años en una relación de convivencia armónica de padre e hija. El bien ya estaba hecho, no se podía deshacer, nos amábamos eternamente, si, como lo lees, porqué si algo estoy seguro es que si existe un amor para toda la vida (y más allá) es el amor hacia un hijo. Otras configuraciones en mi personalidad me arrancaron de sus brazos y me llevaron a otros países, lejos físicamente, los hilos invisibles de nuestros cariños se estiraron todo lo necesario para no romperse, al contrario, se engruesaron en la nostalgia, en la necesidad vital de sentirse presente. He naufragado mucho tiempo en una isla de egoísmos y he salido a nado para reencontrarme con ella. Cada día continuo mi nado hacia un destino fijo, su corazón.

A veces las palabras no son suficientes, otras son las únicas posibles. El lunes entrarás a un salón de operaciones, y quiero de ser posible que en ti se despierten todas esas huellas que dejé, y sientas las fuerzas de mi amor por ti. Flotaré en la sala, seré la mano que corte tu delicada piel, pero sobre todo cuando la anestesia te lleve al país de los sueños haremos nuestros juegos favoritos, rapearemos juntos, dibujaremos y nos sentaremos bajo un árbol a conversar de la vida, ahora que ya eres grande. Te pediré disculpas por muchas cosas, y tú me callarás, en tu madurez de siempre me dirás que el amor lo perdona todo, aprenderé de ti como siempre. Esperaremos a que te despiertes y sabrás que estuve ahí, sonreirás con la complicidad de una nueva aventura juntos, y pasará el tiempo muy rápido mientras yo sigo nadando para alcanzarte, me falta menos que al principio. Gracias por enseñarme el camino más corto al Amor, una línea recta que se dibuja de tu corazón al mío.

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