SOS …ELECTROSHOCK

Mis pulmones desinflados de vida, el corazón latiendo estable a 70 pulsaciones por segundos 24/7 por más de dos años. Una vida tan cómoda que cuesta levantarse. Contemporáneo con una epidemia que nos aleja del tacto, que esconde nuestra identidad detrás de una máscara que nos salva y nos mutila. Yo, he aprendido a invertir mi tiempo como quien lo invierte en la bolsa de valores y espera que se multiplique; más el tiempo no aplica en este tipo de ecuación, el tiempo es el combustible del alma.
De pronto, sin anuncio, como un rayo, el universo me envía una parte de mi mismo a susurrarme el sentido de la Vida : el Amor. Esta vez, con el arma más poderosa, y de la cual no tengo defensas para evadirla. Así, como una bomba atómica que desaparece todo lo conocido llegó mi hija Danaé Cruz, y al primer abrazo físico se detuvo la apnea constante, entrando a mis pulmones el calor de una vida con propósito. Lo más simple se volvió extraordinario, taparle los pies en las madrugada, caminar de la mano. Protegerla del aire acondicionado, del calor, lavarle su ropa, hacerle el desayuno. irnos de compras, o tan solo estar cerca y sentir el magnetismo de la relación Padre-Hija. Fue un suero de luz, una transfusión de sentido, un recordatorio de que la vida vale la pena vivirse.
Mi hija hermosa, gracias por devolverme a la Vida. Iluminaste por segunda vez mi camino. Cuando naciste, y ahora en este viaje improvisado. Me señalaste el camino, ya no seguiré viendo el dedo que lo señala.
Te amo : Tu papà