Una lágrima en el mar

Cuba es una isla rodeada de lágrimas derramadas por los "que se van" y por los que "se quedan". La han convertido en una película triste basada en una guion escrito por manos megalómanas que juntas forman un puño de hierro, golpeando a los rostros, el estomago y los "huevos" de sus hijos, día a día por una eternidad de 60 años. En mi simplicidad política recurriré a la "metáfora del Vecino", de forma que no nos perdamos en una retórica siempre confusa, y evitar las náuseas que me provocan las palabras manchadas de mentiras como Socialismo, Imperio, Gobierno. Comenzamos, escena 1 una Toma 1 Aaacción:
En la "casa donde nací", siempre había la sensación de que estábamos en guerra, el cielo era azul transparente, pero "pintaban a mano" nubarrones y truenos, caían bombas imaginarias, y en el piso veías la sombra del vuelo de un águila que nunca apareció. Tenía un "Padre" que me daba de comer lo justo para seguir viviendo, un plato de comida, siempre el mismo, acompañado de un rezo aprendido de memoria que decía: "Padre nuestro que estás en el Partido Popular, santificado sea tu nombre, no nos dejes caer en la tentación de pensar diferente, líbranos del "Vecino", menos Patria y más Muertes, Amén ". Luego, nos sentaba en el fuego de su mirada y comenzaban sus doctrinas sobre el Amor, la Justicia y la Igualdad, todo sonaba articuladamente coherente hasta que llegaba el momento hablar del "Vecino", ahí su voz se alteraba, la sangre inyectaba sus ojos y la boca escupía fuego, nos decía- El "Vecino" es un hijo de puta, siempre se mete con los demás, y a nosotros no nos quiere compartir sus riquezas, y peor aún, habla mal de nosotros, no permite que los demás vecinos nos regalen cosas-. Así crecí, con odio exacerbado hacía mi "Vecino", lo veía por la "ventana del cine" todos los días, y observaba como trataba a sus hijos, y también veía como todos querían ir a vivir a su casa. Era un poco confuso para mí, pero las doctrinas de "El Padre" no se cuestionan, se repiten de memoria hasta que penetran en la médula. Pasó el tiempo y la complejidad de mi cerebro comenzó a hacer cortocircuitos, recuerdo que una vez me subí al techo de la escuela, donde recibía a diario inyecciones rojas, con contenidos secretos, eran las 6 de la mañana y desperté a todos, estaba dando un discurso sobre lo que había aprendido del Che, un amigo de la casa que había muerto por sus ideales, eso no gustó, me bajaron y me llevaron a la dirección, yo era el presidente de la FEEM ( Federación Estudiantil de Enseñanza Media) y el grupo Santísimo del Partido me dijo - o renuncias a tu cargo o te botamos de la escuela. También no entendía algo, mucho de mis familiares se iban a casa del malvado "Vecino", desesperadamente se lanzaban al mar sin importarles el peligro, era como si no hubiera nada peor que el lugar donde nacieron, luego desde allá nos enviaban cosas, mi Padre evitaba a toda costa hablar de eso, solo lo culpaba por todas nuestras desgracias. Un día, con 20 años a regañadientes "El Padre" me dio un permiso de 3 meses para salir de mi casa, no sin antes prometerle que regresaría en el plazo autorizado, en ese entonces, pensaba que pedir permiso para salir y entrar a mi casa era lo normal, un pájaro me llevo a Ecuador, yo había aprendido a bailar, e iba hacerlo con una hermosa ecuatoriana. Ella me pidió que me quedara más tiempo, lo hice, y antes que se cumplieran los tres meses de permiso tuve un problema, llamé a "El Padre" y le dije - Omnipresente Padre, por favor, dame quince días más de permiso, no tengo como llegar a la casa, necesito quince días para poder volver- respondió- si tu no regresas en este momento dejaras de ser mi hijo, te castigaré muchos años, y te haré sufrir, serás mi enemigo.- pero "Padre"- ¡ si tú no regresas en este preciso momento te convertirás para mí en un hijo de puuuuuutaaaaa !. No me quedé a voluntad, me obligaron, ahora era un exiliado sin derecho a ir a mi propia casa, aprendí cosas nuevas, vi otras realidades, había más colores además del rojo, incluso el rojo también significaba amor, pasión, a decir verdad ese siempre fue su significado entre los hombres. Un día recibí la noticia que mi madre sufría cáncer terminal al pulmón, estaba sola y me pidió que fuera a verla. Me tragué mi orgullo y le pedí de rodillas que me dejara verla, regresar a mi hogar y tomar de la mano a mi madre enferma, ya habían pasado 4 años, suficiente para perdonar cualquier posible ofensa. Me mandó a decir, porqué nunca tuvo el valor de mirarme a los ojos que yo no tenía derecho de regresar, que no le importaba que mi madre muriera, que yo para él era un gusano. Lloré de rabia, de impotencia y comencé a albergar un resentimiento irreversible y profundo. Miraba a los hijos del vecino que antes mi padre me enseñó a odiar, y ellos salían y entraban cuando querían de su casa, tenían sus propios derechos y cada cierto tiempo elegían a otro "Padre". Entonces me dí cuenta,
"El Padre" justificaba el maltrato hacia mí por las peleas del Vecino con los demás. "El Padre" le hacía a su propio hijo las mismas atrocidades mezquinas de las que culpaba al "Vecino", y lo justificada en el hecho de las guerras entre vecinos. Es enfermo, entendí que "mi Padre" sufría una enfermedad mental incurable, que había que sacrificarlo, también me di cuenta que no era "Padre " "ni madre", ni nada para mi, que no necesito que me digan como pensar, que mi verdadero hogar no puedes tener puertas que se cierran para sus hijos, que nos pertenece, a mí, y a todos los hijos que lloran en la isla y fuera de ella.

Esta lágrima dulce la he derramado en el mar de exilio, porque lágrima a lágrima vamos a cambiarle el sabor amargo de la tristeza añeja a nuestras aguas, y nos sentaremos en el malecón con una sonrisa a despedir a nuestros hijos que van por nuevas aventuras, pero sobre todo los esperaremos con los brazos abiertos, y nunca, bajo ningún pretexto, usaremos su sangre como justificación por actos de nadie, no más.